Los notarios no vamos a desaparecer

#LegalTech
Luis Cárdenas Ibarra - CEO
December 24, 2022

Mi trabajo me permite intercambiar perspectivas y experiencias sobre los procesos de transformación digital en el ámbito legal, notarial e inmobiliario con usuarios y jugadores de todas las industrias que demandan estos servicios. El aprendizaje ha sido impresionante. Por una parte, existe un retraso que hemos arrastrado como un sector (notarial) que se encuentra íntimamente conectado con la cosa pública, y por el otro, existe una gran oportunidad en actualizarnos para transitar hacia una nueva era de trámites inmobiliarios digitales que potencialice el desarrollo de la economía y promueva la inversión.

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Instituciones de crédito, inmobiliarias, financieras, fintechs, brokers...

La iniciativa privada ya inició. Todos los días encontramos promesas de compraventa inmobiliaria en tiempos record, otorgamientos de crédito hipotecario desde el móvil y nuevos esquemas de negocio financieros con garantías inmobiliarias. Como peritos en operaciones de esta naturaleza, sabemos que esas promesas simplemente no son posibles o bien, se protegen a través de estructuras jurídicas preparativas para la consumación del acto que obligatoriamente debe llevarse a cabo ante un notario público que utiliza la infraestructura pública para dotar de certidumbre a dicho acto. Mis respetos para los equipos jurídicos detrás, creativos del derecho, paladines de la modernidad, abogados del “cómo si”, muchos con quienes hemos hecho un gran equipo.  

Con dolor confieso que, los que no hemos puesto nuestros conocimientos al servicio de la sociedad y economía actual, quienes hemos actuado como los abogados del “cómo no”, hemos sido los notarios públicos. Con excepción de iniciativas aisladas, encontramos cobijo a nuestras negativas en el desconocimiento, conformismo y falta de regulación (que siempre faltará) para evitar dar soluciones acordes a la realidad que vivimos. Los notarios, además de peritos en derecho, somos facilitadores y solucionadores de problemas sociales y dentro de nuestros deberes como fedatarios se encuentra el hacer funcionar el derecho vigente en favor de la sociedad procurando seguridad jurídica. Fuimos a la luna en el año de 1969, superamos la pandemia de 2020 y ¿no podemos comparecer ante un notario por medios electrónicos en 2022? Nonsense.

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La buena noticia es que sí se puede y sí se pudo. Gracias a las ganas y empuje de mi equipo, la conversación evolucionó. Esta inercia es difícil de parar y se la debemos a un grupo interdisciplinario de emprendedores, abogados, notarios e ingenieros en sistemas computacionales que se negaron a conformarse con el “no se puede” de los “expertos”.

El sueño inició cuando constituimos una sociedad por medios 100 % digitales con una ruta legal que bautizamos como “hipocresía jurídica”. Al superar ese bloqueo mental de interpretación de la norma y apegados a los principios generales del derecho que majestuosamente enseñaba Emilio González de Castilla en su cátedra de obligaciones durante mis años en la Escuela Libre de Derecho, fue que dejamos atrás la hipocresía, las dudas, inseguridades y egos para desarrollar un método notarial que resuelve necesidades económicas de la realidad a la que nos enfrentamos todos los días. A ese método lo hemos denominado “híbrido”, al poner la tecnología al servicio del notariado para poder cumplir con lo que señala la legislación que, como ha sido históricamente, avanza siempre por detrás de la evolución social.

Al socializar el método con otros colegas y por demanda de nuestros más innovadores clientes, fue que empezamos a explorar la aplicación del método híbrido a contratos traslativos de dominio, constitución de garantías y mandatos; todo en aras de avanzar la función notarial al nivel que lograron nuestros colegas latino e iberoamericanos, que acertadamente resolvieron con métodos similares la demanda electrónica que generó la pandemia y esta nueva era.

Ante la duda, ¿es posible la notarización electrónica hoy en día? La respuesta no es ni positiva ni afirmativa. Jamás olvidaré la cátedra del maestro Fausto Rico Álvarez: “Hay que distinguir”, enseñaba. Distinguir entre protocolo electrónico y el método híbrido, en donde la experiencia que se brinda al usuario final 100% digital, en donde damos fe del acto presenciando en tiempo real la manifestación de la voluntad sin miedos o amenazas externas, verificando la identidad de los comparecientes con la misma tecnología biométrica de las instituciones de crédito y notarías públicas clásicas y cerciorándonos que los comparecientes entienden el acto. Para el protocolo electrónico, sí se requiere una reforma a muchas legislaciones; para el método híbrido, solo se requiere interpretar la norma conforme a todas las reformas de leyes en materia electrónica, a los principios generales del derecho, a la filosofía del derecho y a la realidad existente que como sociedad compartimos.

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Los notarios públicos de Chile, Colombia y España aprendieron rápido que la evolución es inevitable, que la ola agarra más fuerza cada día y que como gremio, debemos posicionarnos para evitar ser arrastrados. En nuestro caso, en México; por nosotros no quedará. Nos mueven las ganas de cambiar los estereotipos en la forma de hacer y documentar negocios, nos motiva la idea de la evolución de las transacciones comerciales en favor de todos sus participantes, nos rodea una nueva generación de mentes que buscan un cambio en el status quo, estamos seguros que el cambio vendrá por parte de los usuarios, estamos agradecidos con todos mis colegas que han abrazado el método híbrido de notarización digital e incluso lo han mejorado, invito a todos los fedatarios públicos a conocer, comentar y participar de ello.

Los notarios públicos no vamos a desaparecer, como dice Don Ignacio Soto Borja y Anda “la función notarial es esencial, los documentos son accidentales”.

Piedra, tablillas de arcilla, papiro, pergamino, papel, .pdf, NFTs… coincido con mi maestro, los documentos son totalmente accidentales. En la antigüedad labramos nuestras primeras palabras en roca y el contenido era muy difícil de modificar. Con tecnología blockchain y NFTs, alterar información es una tarea casi imposible.

Qué antiguo puede llegar a ser el futuro.